El ratio de tesorería es un indicador que deben manejar las pymes con soltura para conocer cuál es su situación económica y si van a poder solventar sus deudas a corto plazo sin caer en episodios de morosidad.
La clave de este parámetro está en calcularla bien, pues es un índice que si es mayor de 1, el estado de la empresa es positivo, pero hay que establecer ciertas excepciones. En caso de que el resultado sea muy superior a 1, lo que determina es que existen muchos activos con bajo nivel de producción, es decir, mucho dinero que no está en funcionamiento y que no revierte en alta productividad.
En cambio, si este indicador es inferior a 1, la consecuencia es una imposibilidad en el corto plazo para afrontar deudas pendientes.
¿Cómo calcular el ratio de tesorería? ¿Cuál es su grado de importancia?
La fórmula para calcular el ratio de tesorería consiste en sumar el dinero disponible y el realizable. La suma total resultante actúa como dividendo mientas que el divisor es el pasivo corriente.
El dinero realizable son los bienes y derechos que se pueden traducir en dinero contante de forma rápida, como por ejemplo los cobros cercanos a clientes. Por su parte, el pasivo corriente es el dinero que tienen que abonar la empresa en concepto de nóminas, facturas pendientes, préstamos a pagar en el corto plazo y gastos corrientes como el pago de alquiler y los suministros.
Si la suma del dinero disponible y el realizable es mayor que el pasivo corriente, esta relación será superior a 1, lo que implica un cierto estado de solvencia económica. Pero hay que revisar siempre que esta relación sea certera, es decir, que la cantidad a recibir sea segura y en el corto plazo, pues lo contrario puede llevar a no afrontar con seguridad los pagos pendientes y entrar en una situación de debilidad.